Orígenes del GECI

Históricamente la Ciencia de Coloides e Interfases está íntimamente unida a la Química Física y si tuviéramos que elegir un manual para demostrar esta conexión, éste sería el libro escrito por el Dr. Wolfgang Ostwald (Universidad de Leipzig) en 1917 y cuya versión en Inglés se titulaba “An Introduction to Theoretical and Applied Colloid Chemistry. The world of neglected dimensions” (New York. John Wiley & Sons, Inc. London: Chapman & Hall, Limited. 1917). No obstante, el creador oficial de la Química Coloidal fue el británico Thomas Graham unos cincuenta años antes de la publicación de la excelente monografía de Ostwald.

Fue el insigne profesor D. Enrique Moles Ormella (Universidad Central de Madrid) quien, durante la realización de su Tesis Doctoral en Química en 1918, tuvo de primera mano noticias de los progresos que en la Universidad de Leipzig estaban teniendo lugar, tanto en el campo de la Química Física como de la Ciencia de Coloides, La puesta en marcha en 1932 del Instituto Nacional de Física y Química que dirigió el profesor D. Blas Cabrera Felipe y cuya sección de Química Física estaba bajo la dirección del profesor Moles hizo posible que, por primera vez, se realizara en España una investigación en Ciencia de Coloides, destacando en esta línea la labor realizada por la Dra. María Teresa Toral Peñaranda, quien durante su forzado exilio en México publicó en 1973 el libro titulado “Fisicoquímica de superficies y sistemas dispersos” (Ediciones Urmo, Bilbao. 1973). Probablemente el primer manual publicado en castellano sobre ciencia de coloides y superficies; aunque la profesora Toral prefiriera utilizar el término “disperso” en vez de “coloide”, siguiendo la misma terminología empleada por Ostwald sesenta años antes.

Con el encarcelamiento del profesor Moles y el exilio de la mayor parte de sus discípulos, la investigación en Ciencia de Coloides en España experimentó un retroceso muy notable y no se recuperó hasta los años sesenta del siglo pasado.

La creación del Grupo Especializado de Coloides e Interfases (GECI) tuvo también su origen en la confluencia de varios grupos de investigación, principalmente de Química Física, a mediados de los años noventa, en un congreso internacional de Coloides e Interfases y en este proceso destacaron las Dras. Elvira Rodenas y Conxita Solans y el Dr. M. Arturo López Quintela.

La primera reunión de investigadores a nivel estatal con un marcado carácter coloidal tuvo lugar en el mes de julio de 1993 en Alcalá de Henares a iniciativa de la Dra. Elvira Rodenas, quien pocos meses después sería la primera Presidenta del GECI. Sin su tesón, interés, dedicación, esfuerzo y –por qué no decirlo- su amable y sencilla sonrisa y amplio corazón, abierto siempre a la participación y colaboración de todos, no hubiera sido posible que, un año más tarde, se hubiera aprobado su constitución por la RSEQ y se celebrara la reunión oficial de constitución del Grupo en la Bienal de Vitoria, el 26 de septiembre de 1994. Han pasado años y hoy podemos ver que aquel germen inicial prosigue su crecimiento y consolidación. Es necesario indicar que a lo largo de esta andadura se han organizado en nuestro país varios congresos internacionales de coloides e interfases y que incluso ha existido desde el curso 2001/02 hasta el 2007-08, un Programa de Doctorado Interuniversitario de Ciencia y Tecnología de Coloides e Interfases, el cual tuvo la mención de calidad, así como un Máster homónimo que ha existido desde el curso 2009-10 hasta el 2012-13.

“Si realmente creéis que se necesita un Grupo Especializado en Coloides e Interfases que nos permita reunirnos, discutir nuestros trabajos, aprender unos de otros, colaborar, y si queréis que realmente exista como tal, tenemos todos que trabajar, participar y poner nuestras ideas a su servicio para que el Grupo pueda ser una auténtica realidad”. Estas palabras que nos escribía Elvira preparándonos para la primera reunión del Grupo que se iba a celebrar en Barcelona, organizando el IX Congreso de Coloides e Interfases, ECIS, nos sirven perfectamente para recordar el espíritu que Elvira quería tuvieran estas reuniones y que nos gustaría siguiese siempre presente.

Por: Roque Hidalgo Álvarez